Cristificación

Para presentar este curso, lo mejor es dejar que su autor nos relate su profundo alcance y significado en la vida del estudiante o buscador de la sabiduría:

Al presentar estas instrucciones de «Éxito y Cultura del Alma» ante el estudiante, no quiero dar ninguna larga explicación, puesto que se las puede comprender por sí mismas a medida que se adentra en la obra.

Sin embargo, una palabra de introducción puede ser de valor para el estudiante juicioso, especialmente desde que nombra la religión tan frecuentemente. El estudiante puede decir que ya posee una religión y que no necesita ninguna otra. Apruebo; pero ¿sabe realmente qué significa religión?

Por otra parte, estas veintitrés lecciones pueden enseñar a muchos de entre los millones que perteneciendo a alguna iglesia buscan sin embargo algo más allá. Están satisfechos con la iglesia, pero hay algo dentro de ellos que busca continuamente algo, sin que sepan precisamente qué.

Así, tenemos dos clases de estudiantes; una que busca éxito en el plano material y otra que busca lo que podría denominarse una interpretación científica de la religión.

En estas instrucciones el estudiante sincero encontrará ambas cosas, pues a medida que ande el sendero y desarrolle o ilumine la mente y el Alma, encontrará que en la Cristificación (*) está el éxito, la ciencia y la religión.

Vos, querido estudiante, ¿creéis que existe un Dios, o si lo queréis, un infinito algo que ES, que regula, y en quien todas las cosas existen?

Debéis admitir esto o negar la vida. Aceptado el hecho, debéis admitir que este Ser Infinito, ese Infinito Algo, o Dios, ESTÁ EN TODAS LAS COSAS Y ACTÚA A TRAVÉS DE TODAS ELLAS.

Si aceptáis esto, ¿qué diferencia hay en que seáis sacerdote, político, hacendado o pastor? Siendo Dios el principio de vida en cada cosa, REGULANDO todas las cosas, ÉL debe necesariamente estar en vos, político, lo mismo que estaría si fuerais Ministro de Religión.

Siendo imposible contradecir esto, debéis reconocer que, sea cual fuere vuestra vocación, ― y si tenéis éxito en ella, significa que trabajáis en armonía con la divina Ley ― vuestro trabajo, aun cuando sea la política, es para vos una RELIGIÓN.

Si no lo es, vuestro trabajo se cumple bajo condiciones erradas; trabajáis en la oscuridad y para ella o para el mal.

Sin embargo, en esta gran obra del propio crecimiento os daréis cuenta de que vuestro desarrollo y su expresión por medio de vuestra vocación, sea cual fuere ésta, es vuestra religión.

La experiencia enseña pronto que esta labor pide una comprensión adecuada de la verdad, un entrenamiento sistemático, por ello, se convierte en ciencia. Así, tenemos la unificación de la ciencia y de la religión, o como preferimos llamarlo, Cristificación.

Más aún; al comprender esta gran Ley, el estudiante no va, ya a hacer separación de uno de los siete días para el culto y la religión. Tendrá culto y religión cada día de la semana, y cada hora del día, porque su vocación, sin importar cuál sea, es su religión, desde que trabaja en armonía con la Divina Ley,

Por consiguiente, la humanidad venidera será realmente una humanidad religiosa, porque la ciencia será religión y la religión será ciencia. Lo que sólo puede llevarse a cabo unificándolas ambas. Esto es, la vida espiritual del Oriente y la vida material del Occidente vividas en armoniosa expresión. Es el dar igual consideración al hombre que a la mujer, mirándola a ésta como a igual, Esto es Cristificación.

  1. R. SWINBURNE CLYMER.

Febrero de 1945

 

 

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